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Se realizó un trabajo de poda de formación en el hijo del Pino Histórico

El retoño nació espontáneamente en 2012 y desde entonces crece junto a su padre. A partir del procedimiento efectuado por la Dirección del Complejo Museológico y el Inta, desarrollará una estructura resistente y con menos necesidades de poda correctora.

La Dirección del Complejo Museológico, junto a personal del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, realizó una poda de formación y disciplinamiento en el hijo del Pino Histórico que nació a su lado, espontáneamente, en el año 2012. Las tareas estuvieron a cargo del director Aníbal Fernández y del ingeniero forestal de la Estación Experimental de Oliveros del INTA, Francisco Cardozo.

La poda de formación debe realizarse cuando el árbol es joven, con el fin de establecer un tronco fuerte y con ramas estructurales suficientemente robustas, por lo general orientadas hacia el exterior en todas direcciones y adecuadamente espaciadas a lo largo del tronco, formando futuramente el esqueleto del árbol adulto. De esta manera los ejemplares jóvenes correctamente formados desarrollan una estructura resistente y con menos necesidades de poda correctora a medida de que se hacen adultos.

Paralelamente, el municipio realiza una serie de obras para poner en valor el predio del Pino. Los trabajos consisten en la construcción de una nueva pasarela de acceso al ejemplar y la reparación de las veredas existentes, la refacción de tapiales y la puesta en valor exterior de la casilla que aloja la antigua tolva de riego.

Además se pintará la reja lateral y se realizará una importante intervención en la reja que da a la avenida San Martín -inaugurada por el teniente general Pablo Riccheri en 1904-, sobre la que se aplicará un proceso de arenado y tareas de pintura.

Cabe recordar que semanas atrás se le colocó al árbol un anclaje metálico para evitar su derribo, en virtud de que la raíz se encuentra seca a causa de su avanzada edad.

Asimismo, todos los años se le practican tareas de conservación artificial con la aplicación de barniz de alta resistencia, que impide la penetración del agua y de agentes patógenos en el tronco.

En octubre de 2017, mediante un estudio del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) encargado por el municipio, se conoció que el ejemplar tiene alrededor de 220 años de vida y fue plantado durante la época de los franciscanos.