El escritor sanlorencino realizó una exhaustiva investigación sobre la gesta en la que los criollos encabezados por el General Lucio Mansilla derrotaron a la flota anglofrancesa. Ahora presentará un proyecto al Congreso de la Nación para que el Día de la Soberanía Nacional se traslade al 16 de enero.
El intendente Leonardo Raimundo recibió al escritor sanlorencino Miguel “Pepe” Piagentini, quien le presentó su último libro “Batalla de San Lorenzo, 16 de enero de 1846”. A instancias del primer mandatario local, el historiador local realizó una exhaustiva investigación sobre el episodio bélico, estudiado de manera deficiente por la historiografía oficial a pesar de su gran importancia en la causa por la soberanía nacional.
“Me impulsó el intendente, la poca difusión que ha tenido este suceso y, por supuesto, mi amor por este terruño, el único lugar del interior del país donde se derrotó a españoles, ingleses y franceses”, manifestó Piagentini.
Entonces, el investigador se abocó a la difícil tarea de reunir información acerca de un hecho que prácticamente no ha sido abordado por la academia histórica. Para ello acudió a múltiples fuentes, como el Archivo General de la Nación, el Archivo General de la Provincia, la Academia Nacional de Historia, la Biblioteca Nacional de Buenos Aires, la Hemeroteca de la Biblioteca de Rosario, el Archivo del Ejército y unos 40 libros sobre aquella época, entre otras.
“Fue un trabajo que me llevó más de 15 meses, pero estoy muy conforme porque creo que hecho un aporte a la difusión de este episodio tan trascendente para la soberanía de nuestro país”, expresó el autor.
Ahora Piagentini presentará su obra al Congreso Nacional junto con un proyecto para que el Día de la Soberanía Nacional se traslade al 16 de enero o bien al 4 de junio, en conmemoración a la Batalla de Punta Quebracho. “Hoy es el 20 de noviembre y no me parece apropiado porque ese día la fuerza nacional cayó derrotada”, consideró.
El segundo combate de San Lorenzo
El mediodía del 16 de enero de 1846 aparecieron frente a las costas de San Lorenzo las naves insignia de la flota anglofrancesa que encabezaban a cincuenta de sus barcos mercantes. Venían altivos y triunfantes tras batir a las tropas argentinas en la Vuelta de Obligado e ignoraban que las unidades nacionales les estaban tendiendo una emboscada, esperándolos en distintos lugares de la costa.
Al llegar a nuestra zona, el Gordon y el Expeditive anglofranceses disparan en estas costas con la intención de descubrir las defensas nacionales. Pero su jefe, Lucio Mansilla, les pide que se queden quietos soportando el bombardeo para no delatar la posición, y permanecen mudas e inmóviles ante el ataque.
Entonces, los invasores creen contar con paso libre y disponen que el convoy continúe su marcha aguas arriba. Los cincuenta barcos enemigos contaban con un poder de fuego impresionante. Las dos potencias mundiales más fuertes del momento se enfrentaban a la débil Confederación Argentina que ni siquiera tenía todavía una Constitución, un gobierno centralizado y mucho menos fuerzas armadas organizadas en un sentido moderno.
Sin embargo, cuando cruzan a la altura del Campo de la Gloria se eleva de pronto la bandera argentina y los cañones criollos rompen fuego. Fue tan certero el ataque, que los daños a los invasores fueron importantísimos. El combate duró cuatro horas. Los anglofranceses perdieron cincuenta hombres y, favorecidos por el viento, lograron escapar y llegar hasta la punta del Quebracho.
Allí, Mansilla reconcentra sus tropas y los vuelve a atacar. Varios meses después en Punta Quebracho se concretaría el triunfo definitivo de las fuerzas argentinas y el final de la expedición colonialista de la escuadra anglofrancesa.
