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Conmemoraron el 167 aniversario del Segundo Combate de San Lorenzo

El Intendente Raimundo y funcionarios de su gabinete homenajearon la gesta patriótica del General Mansilla ante la escuadra anglofrancesa.


El Intendente Leonardo Raimundo encabezó hoy a la mañana en el Campo de la Gloria el acto conmemorativo del 167 aniversario de la Segunda Batalla de San Lorenzo en el marco de la “Guerra del Paraná”. Lo acompañaron funcionarios del gabinete municipal, medios de prensa y vecinos de la ciudad.
La ceremonia comenzó con la entonación del himno nacional y continuó con la ofrenda de una palma recordatoria a los caídos en combate, por parte de Raimundo, el Presidente del Concejo, Gustavo Oggero y el Segundo Jefe del Batallón de Arsenales 603, Teniente Coronel Mariano Bravo
Luego, el Guardián del Convento, Padre Fray Ángel Gaite efectuó una invocación religiosa y le cedió la palabra al Intendente, quien destacó la importancia de la gesta del General Lucio Mansilla en la consecución de la definitiva emancipación nacional.
“El 16 de enero de 1846, una época en la que el país estaba profundamente dividido con grandes enfrentamientos, un puñado de hombres venció en este lugar a la escuadra combinada anglofrancesa, en una batalla muy importante pero casi olvidada en nuestra historia”, dijo el primer mandatario local, y añadió: “Debemos recordar estos hechos históricos porque ocurrieron en nuestra ciudad, nos conectan con ese pasado y nos deben abrir la puerta para ser Nación, proteger a nuestro país y encontrar ese anhelo de unidad entre todos los argentinos”.
El acto culminó con el izamiento de la bandera argentina ubicada en el pórtico del Campo histórico.
Un repaso por la historia.
El mediodía del 16 de enero de 1846 aparecieron frente a las costas de San Lorenzo las naves insignia de la flota anglofrancesa que encabezaban a cincuenta de sus barcos mercantes. Venían altivos y triunfantes tras batir a las tropas argentinas en la Vuelta de Obligado e ignoraban que las unidades nacionales les estaban tendiendo una emboscada, esperándolos en distintos lugares de la costa.
Al llegar a nuestra zona, el Gordon y el Expeditive anglofranceses disparan en estas costas con la intención de descubrir las defensas nacionales. Pero su jefe, Lucio Mansilla, les pide que se queden quietos soportando el bombardeo para no delatar la posición, y permanecen mudas e inmóviles ante el ataque.
Entonces, los invasores creen contar con paso libre y disponen que el comboy continúe su marcha aguas arriba. Los cincuenta barcos enemigos contaban con un poder de fuego impresionante. Las dos potencias mundiales más fuertes del momento se enfrentaban a la débil Confederación Argentina que ni siquiera tenía todavía una Constitución, un gobierno centralizado y mucho menos fuerzas armadas organizadas en un sentido moderno.
Sin embargo, cuando cruzan a la altura del Campo de la Gloria se eleva de pronto la bandera argentina y los cañones criollos rompen fuego. Fue tan certero el ataque, que los daños a los invasores fueron importantísimos. El combate duró cuatro horas. Los anglofranceses perdieron cincuenta hombres y, favorecidos por el viento, lograron escapar y llegar hasta la punta del Quebracho.
Allí, Mansilla reconcentra sus tropas y los vuelve a atacar. Varios meses después en Punta Quebracho se concretaría el triunfo definitivo de las fuerzas argentinas y el final de la expedición colonialista de la escuadra anglofrancesa.