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Con un acto en el Campo de la Gloria, se conmemoró el Segundo Combate de San Lorenzo

El 16 de enero de 1846, las tropas encabezadas por el General Lucio Mansilla derrotaron a la escuadra anglofrancesa frente a las costas de nuestra ciudad. Este viernes se izó la bandera y se colocó una palma recordatoria en un encuentro encabezado por el intendente Leonardo Raimundo.

Este viernes en el Campo de la Gloria, con la presencia del intendente Leonardo Raimundo, la Municipalidad recordó el 176º aniversario del Segundo Combate de San Lorenzo, desarrollado el 16 de enero 1846 en el marco de la guerra del Paraná.

En conmemoración de la gesta patriótica, se realizó el izamiento de la bandera en el Pórtico de la Gloria y se colocó una palma recordatoria al pie de los cañones apostados en homenaje a los patriotas encabezados por el General Mansilla.

De las actividades participaron el mandatario local; la secretaria de Coordinación General, Andrea Soria; la presidenta del Concejo Municipal, Luciana Resquín; granaderos del destacamento Campo de la Gloria, excombatientes de Malvinas y miembros de la Asociación Sanmartiniana.

El segundo combate de San Lorenzo
El mediodía del 16 de enero de 1846 aparecieron frente a las costas de San Lorenzo las naves insignia de la flota anglofrancesa que encabezaban a cincuenta de sus barcos mercantes. Venían altivos y triunfantes tras batir a las tropas argentinas en la Vuelta de Obligado e ignoraban que las unidades nacionales les estaban tendiendo una emboscada, esperándolos en distintos lugares de la costa.

Al llegar a nuestra zona, el Gordon y el Expeditive anglofranceses dispararon en estas costas con la intención de descubrir las defensas nacionales. Pero su jefe, Lucio Mansilla, les pidió que se quedaran quietos soportando el bombardeo para no delatar la posición, y permanecieron mudas e inmóviles ante el ataque.

Entonces, los invasores creyeron contar con paso libre y dispusieron que el convoy continuara su marcha aguas arriba. Los cincuenta barcos enemigos contaban con un poder de fuego impresionante. Las dos potencias mundiales más fuertes del momento se enfrentaban a la débil Confederación Argentina que ni siquiera tenía todavía una Constitución, un gobierno centralizado y mucho menos fuerzas armadas organizadas en un sentido moderno.

Sin embargo, cuando cruzan a la altura del Campo de la Gloria se elevó de pronto la bandera argentina y los cañones criollos rompieron fuego. Fue tan certero el ataque, que los daños a los invasores fueron importantísimos. El combate duró cuatro horas. Los anglofranceses perdieron cincuenta hombres y, favorecidos por el viento, lograron escapar y llegar hasta la punta del Quebracho.

Allí, Mansilla reconcentró sus tropas y los volvió a atacar. Cinco meses después en Punta Quebracho se concretaría el triunfo definitivo de las fuerzas argentinas y el final de la expedición colonialista de la escuadra anglofrancesa.