Con los trabajos de instalación, limpieza y acondicionamiento de alrededor de 100 kilómetros de desagües pluviales y zanjas en toda la ciudad, la estructura de la ciudad San Lorenzo responde hoy a los anegamientos por lluvias de una forma más rápida y efectiva.
Los trabajos se encararon desde el inicio de la gestión del intendente Leonardo Raimundo con tareas para dar respuesta en lo inmediato y sentar las bases para una solución duradera a futuro. De esta manera, se está realizando el acondicionamiento para un aprovechamiento óptimo de la estructura existente y se trabaja en un plan director de desagües pluviales, teniendo en cuenta cómo crecerá la ciudad en los próximos años.
El proyecto de mediano y largo plazo, que se encara a partir de este plan director de desagües pluviales elaborado por expertos de la Universidad Nacional de Rosario en conjunto con personal de la secretaría de Obras Públicas de la actual gestión del gobierno sanlorencino, prevé una solución definitiva al problema de los anegamientos, con una inversión millonaria que irá haciéndose por etapas.
Más allá de la visión a futuro, con los trabajos que ya se han realizado con un relevamiento de la red de desagüe existente (proveyendo de una información que no existía o se había “extraviado” en el municipio), la instalación de nuevas líneas y entubamientos, la limpieza y acondicionamiento en puntos críticos, se comprueba la gran velocidad de desagote durante las lluvias y cómo a los pocos minutos todas las calles están secas. Esto pudo observarse, por ejemplo, en la esquina de calle Salta y Dorrego, una de las zonas que se inundaba ante las más mínimas lluvias y donde durante las últimas precipitaciones la acumulación de agua nunca alcanzó el nivel de años anteriores y rápidamente volvió a estar seca; lo mismo en Dorrego y Bv. Urquiza, y Av. San Martín, calle Iriondo, tanto en barrio Mitre como en Norte.
La problemática de los desagües pluviales es sufrida en mayor o menor medida una gran cantidad de ciudades del mundo, que transitan cierto anegamiento durante las tormentas. Esta situación se debe a que, con el crecimiento poblacional y la impermeabilización de las superficies de la ciudad, entre una mayor cantidad de calles pavimentadas y construcciones edilicias, el agua de lluvia no encuentra dónde ser absorbida y debe escurrir a una velocidad y caudal mayor de la que las cañerías dispuestas antiguamente pueden transportar.
En San Lorenzo, el mantenimiento y limpieza de la red de desagüe pluvial llevaba mucho tiempo de abandono, en algunos casos más de 20 años, en una localidad que se ha agrandado y cuyas superficies se han impermeabilizado propiciando la acumulación del producto de la lluvia.
A esta realidad hay que sumarle el desconocimiento de muchos vecinos que, sin entender el impacto que genera en la dinámica de la ciudad una acción descuidada, no depositan correctamente los residuos de sus empresas, comercios y domicilios, que terminan siendo arrastrados a las bocas de tormenta y obstruyéndolas.