Coordinados por la dirección de Inspección General del municipio en un trabajo con efectivos de la Unidad Regional XVII, los operativos se llevaron a cabo durante la madrugada y la tarde-noche del domingo 4 de julio, con un total de 96 vehículos secuestrados entre motocicletas, automóviles y un colectivo.
El primer dispositivo funcionó desde la 1 y hasta las 11 hs. en dos ubicaciones, una al Norte y otra al Sur de la ciudad, y arrojó un resultado de alrededor de 60 vehículos entre los que se contó una gran mayoría de motocicletas y hasta un colectivo de la ciudad de Fray Luis Beltrán. El segundo dispositivo, que trabajó sobre el final de la misma jornada, concluyó con cerca de 30 vehículos más remitidos al corralón.
“Más allá de lo poco simpático que resulta sancionar infracciones y sacar el vehículo a los conductores, hacemos esto porque queremos seguir cuidando a la gente”, expresó el Dr. Iván Ludueña, Subsecretario de Gobierno de la Municipalidad de San Lorenzo, a cargo de la Dirección de Inspección General, resaltando la importancia del seguimiento de las leyes y regulaciones de tránsito, y el potencial impacto en la seguridad de las personas que implica el incumplimiento.
A su vez, Ludueña expresó su satisfacción con los resultados porque “aunque el número de remisiones al corralón es alto –y esto es algo que se intenta disminuir–, el setenta por ciento de las mismas corresponde a vehículos no radicados en San Lorenzo, lo que habla de que la cultura de cumplimiento está instalándose en la ciudad y los sanlorencinos estamos aprehendiendo el mensaje”.
Los operativos se mantendrán y hasta intensificarán aún más, en concordancia con las indicaciones del mismo intendente municipal Leonardo Raimundo, teniendo en cuenta que esta ciudad histórica cada vez tiene una mayor convocatoria y la afluencia de visitantes crece cada fin de semana.
Las infracciones más frecuentes fueron: la falta de carnet habilitante, la no utilización de medidas de seguridad como casco o cinturón de seguridad, carencia de seguro, exceso de velocidad. En el caso de los automotores, la gran mayoría de los que fueron remitidos al corralón se debió a controles de alcoholemia cuyos valores dieron por encima de los niveles mínimos aceptables.
