Cien jugadores de todo el país y de la República Oriental del Uruguay participaron distribuidos en 18 categorías. Un chico de diez años armó el rompecabezas mecánico en 10 segundos, tiempo que se constituyó en un nuevo récord nacional. El intendente Raimundo presidió la ceremonia de premiación.
Entre el jueves y sábado últimos se disputó en el Centro Cultural el campeonato internacional de cubo Rubik Classic San Lorenzo Open 2016, auspiciado por el municipio. El certamen, patrocinado por la Asociación Mundial de la disciplina, contó con la participación de 100 jugadores de diferentes puntos del país y de la República Oriental del Uruguay.
El intendente Leonardo Raimundo se dio cita en el establecimiento municipal y presidió la ceremonia de premiación, en la sala Bernardo Perrone, acompañado de los concejales Hernán Ore y Luciana Resquín.
Por primera vez en sus tres ediciones, el torneo puso en juego las 18 categorías de la especialidad: por tiempo, utilizando diferentes tipos de cubo, con una sola mano, a ciegas y hasta con los pies.
Desde la organización, a cargo de la Coordinación de la Juventud, destacaron que se batieron varios récords nacionales, uno de ellos alcanzado por un niño de 10 años, que armó el cubo tradicional, de tres por tres, en 10 segundo. Además tuvo una destacadísima actuación un niño que sufre mal de Parkinson.
El primer mandatario local felicitó a los jugadores y a los organizadores por el éxito del evento. “Es un orgullo para nuestra ciudad haberse convertido en una plaza habitual de esta competencia de una disciplina que demanda un admirable despliegue de destrezas intelectuales”, señaló.
El cubo y su historia
El cubo de Rubik es un rompecabezas mecánico tridimensional inventado por el escultor y profesor de arquitectura húngaro Erno Rubik en 1974. Originalmente llamado “cubo mágico”, el rompecabezas fue licenciado por Rubik para ser vendido por Ideal Toy Corp en 1980 y ganó el premio alemán a mejor juego del año en la categoría “Mejor rompecabezas” ese mismo año. Hasta enero de 2009 se habían vendido 350 millones de cubos en todo el mundo, convirtiéndolo el juguete más vendido del mundo.
En un cubo de Rubik clásico, cada una de las seis caras está cubierta por nueve pegatinas de seis colores uniformes (tradicionalmente blanco, rojo, azul, naranja, verde y amarillo) Un mecanismo
de ejes permite a cada cara girar independientemente, mezclando así los colores. Para resolver el rompecabezas, cada cara debe volver a consistir en un solo color.